Los tacos al pastor son un ícono de la comida callejera mexicana. Su origen se remonta a la influencia libanesa, cuando inmigrantes trajeron a México el shawarma. Con el tiempo, la carne de cerdo adobada con achiote reemplazó al cordero y nació esta delicia única.

La carne al pastor se marina con chiles, especias y piña, para luego cocinarse lentamente en un trompo vertical. Este método le otorga un sabor jugoso y ligeramente caramelizado, mientras que la piña aporta un contraste fresco y ácido que equilibra el conjunto.

Cada taco se sirve en tortillas de maíz recién calentadas, acompañado de cebolla, cilantro y salsa al gusto. Es común ver taquerías abiertas hasta altas horas de la noche, donde los comensales disfrutan de este platillo tras un día de trabajo o fiesta.

En la Ciudad de México, los tacos al pastor son una auténtica institución culinaria. Se han convertido en embajadores de la gastronomía nacional en el mundo, llevando consigo el espíritu vibrante de las calles mexicanas en cada mordida.